Los delitos de odio relacionados con el origen o la orientación sexual de las víctimas se han multiplicado por cinco en Euskadi en apenas cuatro años. Así, el año pasado la Ertzaintza contabilizó 327 incidentes vinculados a racismo, xenofobia o identidad sexual, frente a los 69 de 2019.

En concreto, las agresiones por la condición sexual de la víctima se han multiplicado por siete (pasan de 13 a 96) y las racistas, por cuatro (de 56 a 231). Son, de largo, las principales causas que están detrás de los delitos de odio en la Comunidad Autónoma Vasca. A distancia aparecen la violencia de género (68 casos registrados) y la ideología y orientación política (34).
¿Cuánto de este aumento se explica porque hay más denuncias y cuánto obedece a que hay realmente más actos violentos? No hay una respuesta certera, pero lo cierto es que la plaga no cesa, sobre todo en lo referente a la identidad sexual.

Este año, los últimos datos disponibles corresponden a febrero. Pues bien, en los dos primeros meses, la policía vasca contabilizó 10 delitos por esta cuestión, un 66% más que los 6 del mismo periodo del año pasado. De esos 10 incidentes en Euskadi, 4 se produjeron en Gipuzkoa y afectaron tanto a mayores como menores de edad.
La violencia por razón de raza o condición sexual ha repuntado especialmente tras la pandemia. Los casos denunciados van desde insultos y amenazas a agresiones físicas graves o violaciones
Son datos procedentes de una respuesta parlamentaria del Gobierno Vasco a preguntas del representante de EH Bildu Ikoitz Arrese, quien interroga al Ejecutivo sobre esta cuestión cada mes.
Colegio, calle, hogar… Los delitos contabilizados son de muy diferente naturaleza. Desde insultos y amenazas a agresiones físicas de carácter grave o violaciones. Y se producen en ámbitos diversos: el colegio, el centro de trabajo, la calle o el interior de la vivienda. Como ejemplo, de los 59 casos más graves registrados el año pasado (34 de lesiones, 15 de coacciones y 10 de amenazas), 42 ocurrieron en la vía pública y 17 en el interior del hogar. De esas casi seis decenas, 13 tuvieron lugar en Gipuzkoa.
Con motivo de la celebración mañana del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, la asociación de gais, lesbianas, bisexuales, trans e intersexuales del País Vasco (Gehitu) denunció ayer que «la LGTBIfobia tiene fuerza en Euskadi y está arraigada en los valores ideológicos y culturales de muchas personas».
Los datos así parecen avalarlo. Tras haber descendido en 2019 respecto a 2018, estos tipos de violencia volvieron a repuntar en 2020. Ello a pesar de que la llegada de la pandemia de Covid, con los confinamientos y restricciones de horarios, redujeron el contacto social, la interacción entre personas y, con ello, el riesgo de situaciones de violencia, al menos fuera de los hogares.
Tras ese repunte, los datos de 2021, 2022 y lo que va de 2023 no hacen sino confirmar que este tipo de agresiones van al alza en Euskadi. Los expertos achacan una parte de esta y otras violencias precisamente a los efectos de la pandemia en la salud mental y el comportamiento de algunas personas. Según esta teoría, las medidas impuestas para tratar de contener los contagios habrían dejado entre sus muchas consecuencias una sociedad menos tolerante y más susceptible y agresiva.
El ‘Informe de Incidentes de Odio de Euskadi 2022’, elaborado por la Cátedra Unesco de Derechos Humanos y Poderes Públicos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), confirma que desde el primer año en que el Gobierno Vasco comenzó a realizar este informe (2016), el número de delitos de odio ha crecido exponencialmente, sobre todo en 2021 y 2022. Los autores explican este incremento, además de por el verdadero aumento de los delitos de odio, por «una mayor conciencia y menor tolerancia social, mayor eficacia policial, o la propia evolución legislativa».
Texto en la fuente original
Diario Vasco, Miguel Ángel Mata, San Sebastián, 16-05-2023